Expertos recomiendan en qué plazo fijo invertir hasta junio: ¿conviene tradicional o UVA?

El último dato de inflación publicado por el INDEC, que fue de 6% en enero, alertó a los ahorristas. Es que se acercó de forma “peligrosa” a la renta que brinda un plazo fijo tradicional, por lo que la pregunta que se hacen los inversores es si ahora seguirá siendo atractivo este instrumento. O bien, si el plazo fijo UVA, que es el que ajusta por el incremento de los precios de la economía, pasará a ser la “nueva estrella”.

A la hora de las decisiones, se debe saber que los depósitos tradicionales requieren un tiempo mínimo de colocación de 30 días para ofrecer una tasa nominal anual (TNA) de 75%, que equivale a una ganancia de 6,2% mensual, sólo para montos colocados por personas físicas inferiores a los $10 millones.

En cambio, el plazo fijo UVA ajusta en base al índice de precios de la economía (IPC), y para recibir esta ganancia se deben dejar encajados los fondos depositados durante un período mínimo de 90 días.

Y para el cálculo de inflación este instrumento toma los 45 días previos a la constitución, y las 45 jornadas posteriores.

De esta manera, si se evalúa a grandes rasgos que en los últimos meses el alza de precios fue inferior al 6%, hasta el momento el claro ganador es el plazo fijo tradicional.

Plazo fijo tradicional vs plazo fijo UVA

Con datos de inflación más altos y una tendencia que puede profundizarse por posibles subas de precios en distintos bienes y servicios, como tarifas reguladas y prepagas, entre otros, el desafío que se plantea ahora es si el plazo fijo tradicional seguirá siendo ganador en los próximos meses.

De acuerdo a los economistas más pesimistas, el plazo fijo UVA puede superar a la actual tasa de las colocaciones tradicionales en marzo.

“Con este nuevo escalón inflacionario, el plazo fijo UVA se reposiciona frente a las expectativas más benignas de tan sólo semanas atrás, y ahora se empiezan a analizar las estimaciones más pesimistas”, detalla a iProfesional Andrés Méndez, director de AMF Economía.

En tanto, por el lado de la tasa de interés del plazo fijo tradicional, el Banco Central anunció en la reunión de directorio del jueves pasado que por el momento mantendrá la misma tasa de interés y que “seguirá actuando con prudencia” ante la evolución del índice de precios al consumidor (IPC).

Por lo pronto, se advierte que el plazo fijo UVA de ser “claro perdedor en los dos primeros meses del año, a partir de marzo mejora su panorama”, acota Méndez.Es que al considerar el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que confecciona el BCRA entre distintos economistas, y al tomar en cuenta el rezago de 45 días que las colocaciones UVA computan a la inflación, recién el mes que viene (marzo) podría empezar a reflejarse una rentabilidad similar (6,3%) a la que brinda el plazo fijo tradicional.

Incluso, según las proyecciones, desde abril en adelante, si la autoridad monetaria no sube las tasas de interés, la UVA podría superar a la renta fija de los depósitos a 30 días.

“La evolución de los precios de febrero también incorpora vientos alcistas para la UVA: el significativo ascenso del precio de la carne sólo se reflejó mínimamente en el IPC de enero pasado e impactará de pleno en el indicador de este mes. De esta forma, la valorización de la UVA correspondiente a la segunda quincena de marzo y la primera de abril captará este fenómeno”, resume Méndez.

En qué plazo fijo conviene ahorrar

Existen distintos puntos de análisis para recomendar uno u otro instrumento de ahorro. Si se toma la radiografía actual, por el momento el plazo fijo tradicional es el que ofrece una mayor rentabilidad. Al menos esto ocurrirá hasta fin de febrero.

La elevada inflación amenaza a la renta positiva que hoy brinda un plazo fijo tradicional, que es de 6,2% mensual.

“Si se realiza el ejercicio de trasladar las expectativas más pesimistas de inflación al plazo fijo UVA, se advierte que, de confirmarse esos pronósticos negativos, el rendimiento tenderá a ascender hasta alcanzar su punto más elevado en mayo próximo, cuando acumule el 6,7% en el mes, para descender suavemente en junio y julio”, opina Méndez a iProfesional.

De esta manera, un rasgo distintivo es que a partir de marzo la UVA superaría a la actual tasa de interés de referencia fijada por el Banco Central, por lo que surge el interrogante sobre el comportamiento que adoptarán los ahorristas y la respuesta del Banco Central en su política monetaria.

En este sentido, el BCRA informó días atrás que, por ahora, “las tasas de interés continúan en terreno positivo en términos reales, lo cual garantiza la protección del ahorro en pesos y contribuye a mantener ancladas las expectativas cambiarias, favoreciendo el proceso de desinflación”.

Pero, en caso que la inflación supere a la renta del plazo fijo tradicional, el Banco Central informó que “continuará monitoreando la evolución del nivel general de precios y la dinámica del mercado de cambios a los efectos de calibrar su política de tasas de interés y de gestión de la liquidez”.

En resumen, para Méndez se está “volviendo más competitivo” el plazo fijo UVA frente al plazo fijo tradicional, aunque sostiene que, posiblemente, “no se advierta un aluvión de nuevos depositantes al UVA, pero sí un mayor dinamismo de este tipo de colocaciones”.

Desde el punto de vista del Banco Central, de acentuarse esta aceleración en la suba de los precios podría encontrarse en un escenario ambiguo.

“Por un lado, un enfoque es que la mayor estacionalidad en la oferta de divisas comerciales que opera en el segundo trimestre del año genere tranquilidad en el mercado cambiario y en los ahorristas en pesos. Bajo este supuesto, el BCRA no incorporaría modificaciones en la tasa de referencia que se colocaría en un rango de rendimientos negativos, aunque sería positiva frente a la evolución del dólar”, concluye Méndez.

Un segundo escenario es que el Central efectuaría correcciones alcistas, que “posiblemente tiendan a aproximarse al rendimiento del plazo fijo UVA, aunque quizás los factores señalados en la primera opción tiendan a darle más sustento a la estrategia de no retocar los rendimientos mínimos. O bien, elevarlos con una suba simbólica, más cosmética que efectiva”, finaliza este experto a iProfesional.-

Fuente: iprofesional.com

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